Las asociaciones de escuelas católicas nacieron a finales de los años 60. Desde entonces, la educación en España ha cambiado mucho. ¿Qué papel ocupan actualmente las escuelas católicas en el panorama educativo?

En este momento, Escuelas Católicas a nivel nacional supone el 15% del total del sistema educativo, y el 60% de la enseñanza privada-concertada. Esto la convierte en la organización más representativa de este sector. En términos autonómicos, en Aragón la escuela concertada supone el 33 % del total; en Zaragoza, el 43 %.

Desde 1957, todo lo conseguido hasta ahora por la organización debe consolidarse y proyectarse con mayor dinamismo. Nuestro principal interés es promover la unidad de acción de toda la escuela concertada para potenciar lo máximo posible nuestro sector.

¿Qué retos de futuro tienen desde la agrupación?

Entendemos que, dentro de la diversidad, es importante mantener una unidad de criterios y un funcionamiento coordinado en todos los ámbitos, desde el jurídico al directivo, pasando por el pedagógico, el económico, el de comunicación o el de pastoral. No nos queda otra que aunar esfuerzos.

En algunos casos, como el de los centros privados, las escuelas también son empresas. ¿Cómo se compagina esa dualidad?

Nos cuesta mucho en los colegios entender que debemos funcionar como empresas, pero se ha adelantado mucho en ese sentido. Últimamente somos más conscientes de la necesidad de profesionalización, tanto de los equipos directivos como de los equipos de gestión. Como organización, debemos velar por los intereses empresariales de los centros, negociar pactos, acuerdos y convenios colectivos. Representamos a los colegios como empresarios y ostentamos la representación institucional en algunos ámbitos, como el Consejo Escolar. Si no funcionamos como empresas, no podemos acometer los proyectos que se necesitan. Es algo complicado, especialmente en los colegios concertados.

En ese sentido, trabajamos intensamente en la promoción del uso de las TIC e intentamos ayudar a aplicar en los centros una cultura de calidad; antes, a través de la norma ISO; ahora, a través del modelo EFQM.

Se han integrado recientemente en CEOE, ¿Qué esperan de esta alianza?

Llevamos poco más de un mes en CEOE. A nivel nacional sí se lleva más tiempo y se participa en las comisiones y grupos de trabajo de CEOE; en Aragón, acabamos de entrar y esperamos alcanzar un nivel de colaboración que nos beneficie a las dos organizaciones. Creo que podemos aportar cosas interesantes a CEOE y estoy convencido de que CEOE nos podrá aportar cosas interesantes a nosotros.